martes, 18 de enero de 2011

Un día normal

Este historia la escribió mi hermano, sólo le ayude en algunos detalles, la rescato de un blog que acaba de ser borrado, es un buen texto y no quería que se perdiera.


Publicado 4 de Junio de 2009
La gente suele decir que si realmente deseas algo, ese algo puede hacerse realidad. Esta es una historia en donde “eso” sucede…

Todo empezó en mi trabajo, como siempre me encontraba estirando la masa con la cual hago pizzas; estaba ya un poco harto del ruido, de la ciudad, autos aquí y allá, el organillero afuera, los murmullos de la gente y aún así terminé un pedido de 4 pizzas . Después , un poco fastidiado me senté en una cubeta, miré el reloj –¡¡¡¡uff!!!- marcaba cinco para las tres, cerré los ojos y me imaginé en mi casita, acostado en mi cama, descansando y de pronto, llegó a mi mente la imagen de aquella niña bonita, sus ojos llenos de vida, su sonrisa que ilumina. Abracé esa imagen en mi mente y abrí los ojos, volví a mirar el reloj, el segundero seguía moviéndose, tic, tac, tic, tac y de repente se detuvo… el reloj ya no avanzaba más y todo se quedo en silencio.

No podía creer lo que estaba sucediendo, me levanté y asomé la cabeza por la puerta, todo lo que estaba a mi alrededor se había detenido. Salí a la calle un poco espantado, en ambas direcciones nada se movía, parecía que el tiempo había parado, caminé por el Eje Central y lo que veía era asombroso: la gente que iba caminando parecía estar congelada, los autos a media calle totalmente inmóviles, los policías con silbato en boca; pude haber hecho lo que se me pegara la gana, pero tenía en mente sólo una cosa.

Empecé andar rumbo al Hemiciclo a Juárez, en una esquina había un señor con una bicicleta que al parecer era suya y sin pensarlo dos veces la tomé y pedalee, fue una sensación genial ir en contra flujo, sin nada de ruido, sólo el murmullo del viento que pasaba por mi rostro. Camino a mi destino me cruce con un puesto de flores, así que tome las más bonitas y hermosas que había y seguí pedaleando. Paré en una tienda de fiestas y tal vez era la suerte del momento porque encontré una bolsa de globos de su color favorito, los tomé, pasé por un oso gigante de peluche y por un disco a mi casa.

Teniendo lo necesario proseguí con mi viaje, no sabía cuanto duraría esto pero, aún así estaba feliz. Otra vez conté con la ayuda de la suerte pues, al llegar a mi destino final, es decir a su casa, su hermano también iba llegando, así que la puerta estaba abierta. Me pase con un poco de pena pero ya estaba ahí; me colé a su cuarto y la vi.

Sentada en su escritorio parecía estar haciendo un trabajo importante, sonreí al verla y me puse manos a la obra. Inflé todos los globos con los que contaba y llené su cuarto de ellos, su cama la tapicé de pétalos de rosa y en medio dejé el peluche gigante

Ahhh!!! y en su estéreo puse el CD con la canción Te Soñe de Alex Syntec. Terminado todo me quede mirándola, estaba tan hermosa como siempre, y el deseo me empezó a llamar, quería besarla, mi corazón se aceleraba, me fui acercando más y más, estando a solo unos centímetros de sus labios cerré los ojos me acerque lo que faltaba y…………Tic, tac, tic, el segundero volvía a moverse, estaba ahí sentado en la cubeta de la pizzería, el ruido de la ciudad volvía, los autos, el organillero y los murmullos de la gente. Todo había sido una fantasía, estaba soñando despierto y de pronto, un sonido me hace volver a la realidad , es mi celular, en la pantalla veo su nombre y en mi cara se dibuja una sonrisa.

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