Memoria
No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.
A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.
Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.
José Emilio Pacheco
Quizás lo más difícil de hacer en esta vida, es el olvidar. Cuando uno intenta olvidar un suceso o a una persona , lamentablemente seguimos recordando.
La mayoría de las veces lo que alcanzamos a olvidar suelen ser cosas sin importancia, sucesos que no preocupan si van o vienen. Lo macabro del asunto es cuando uno intenta olvidar un episodio de nuestra vida, un amargo recuerdo, un fantasma del pasado.
Como siempre he logrado avanzar en esto de olvidar a la gente. Empiezo olvidando su aroma, después sus conversaciones, los abrazos, los besos, después las discusiones, los maltratos, en fín, las cosas por la cual quiero olvidarlos. Pero resulta que con el paso del tiempo las cosas malas parecen no serlo tanto; ese grito; esa mirada ; esos tratos, parecen no ser tan graves, y la memoria caprichosa como es, me pinta un mundo paralelo en donde el tiempo pasado siempre fue mejor.
Mucha veces me niego a creerle a mis recuerdos y es por eso que prefiero olvidar. Aunque a veces un domingo por la tarde, cuando no hay nada que hacer, abro el cofre de las “navidades pasadas” y me deleito repasando cada uno de los rostros, sintiéndome feliz por el primer beso, triste por aquél rompimiento, enojado por la traición y con nostalgia por el ayer.
Pero como dije no le creo a mi memoria, porque se ha empeñado en tan sólo mostrarme lo que yo quiero ver. Prefiero el olvido, para por lo menos limpiar mi mente y ser capaz de conocer (otra vez) a esas personas que con el tiempo dejaron de ser aquellas que recuerdo.
La memoria es maravillosa, los recuerdos son hermosos, pero quizás son lo único que no cambia; la gente cambia y yo también.
