lunes, 14 de noviembre de 2011

Escucharte de nuevo


A fuerza de no parecer patético, soñador o romántico, la realidad fue que no pensaba volverte a oír, ya no digamos jamás, sino en mucho, mucho tiempo. No seis meses, ni un año, mucho tiempo.

Pero como siempre me he encargado de sabotear mis planes de paz y tranquilidad, me demoré un poco, pero te llamé. Pensé, como pienso cuando estoy sobrio, que sería una llamada de amigos, que no me molestaría ni molestaría a nadie. Claro, eran las 4 de la mañana, pero no era el alcohol el que me movía a marcar por teléfono, sino la canción que en ese momento sonaba. 

Después de eso las ganas de volverte a escuchar se volvieron más fuertes, y fue así que, gracias a Skype tuvimos una conversación por demás magnifica, conmigo bebiendo tequila, acostado en mi cama, contándote todo lo que me había pasado en 5 meses, tu escuchando, riendo, como en aquellos tiempos, donde platicando se nos iba el tiempo.

Las cosas iban magníficas, hasta que prometimos volver a vernos. Es difícil, creo, a pesar de que todos los días me repito que las cosas no son iguales, que nada va regresar, la esperanza no muere, o quizás sí, pero ni eso se atreve uno a reconocer. Mencionaste a tu novio, y mi soledad sólo me empujo a decirte “se feliz”.

Colgamos con la promesa de marcarnos otra vez. Sabes que lo haré, pero no sé si contestarás. No me interesa, he marcado cada año. Quizás un día me canse, te canses o te cases. Qué más da, la llamada fue buena, las risas, los recuerdos, las sonrisas que nos provocamos y que no pudimos ver. Porque eso sí, una cosa es escucharnos y otra vernos, y volver a verte, para eso falta mucho tiempo.

No seis meses, ni un año, mucho tiempo.

1 comentario: